La respuesta a esta pregunta es no. Pero quiero mostrarte el fundamento de por qué no se puede ser lesbiana y cristiana a la vez.
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”
1 Corintios 6:9-10
Lo primero que quisiera decirte es que desde el comienzo, el plan de Dios para la humanidad ha sido la familia.Y si dos personas del mismo sexo se unen, la familia dejaría de existir.
Pero más allá de eso quiero explicarte que en la antigüedad hubo personas que decían sentirse atraídos por su mismo sexo y esto era muy malo ante los ojos de Dios. Y como Dios no cambia, Su opinión sobre este asunto sigue siendo la misma hoy en día.
“El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.”
Salmos 33:11
Las personas a las que me refería son las que vivían en Sodoma y Gomorra, seguramente escuchaste hablar de ellas en alguna ocasión. En estas ciudades había una perversidad tan grande que incluso cuando Los Ángeles de Dios fueron a proteger a la familia de Lot, las personas de la ciudad los desearon en una manera sexual (Génesis 19: 1-11).
Desde tiempos remotos Dios ha dicho que no está bien la homosexualidad y el lesbianismo, es pecado ante Sus ojos. Pero si hoy tú estás luchando con sentimientos como estos, quiero decirte querida amiga que en Jesucristo puedes encontrar redención, Él quiere cambiar tu vida, puede ayudarte y para Él nada hay imposible.
“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
1 Corintios 6:11
Nuestro Dios quiere cambiar tu vida, quiere comenzar ese plan perfecto que tiene para ti. Deja que Cristo entre en tu vida, no permitas que Satanás te engañe con deseos que son momentáneos, con deseos que van en contra de lo que Dios creó. El enemigo quiere engañarte al hacerte creer que solo así puedes ser feliz, haciéndote creer que no hay nada de malo. No te dejes engañar Dios a través de Jesucristo puede limpiar todos los pecados que puedas imaginar, solo en Cristo hay esperanza.
“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”
2 Timoteo 2:22
Y si tu caso no es este, pero conoces a alguien que está sufriendo por culpa de este pecado, debes mostrarle amor de Dios, no juzgarle, amarle. Mostrarle que está mal, pero que hay una solución. Si tú no haces esto y de lo contrario la o lo rechazas, o peor aún aceptas su pecado, estás errando antes los ojos de Dios. Arrebata esa alma de las garras de Satanás, para que sea ganada para Cristo. Dios quiere utilizarte.
ACERCA DEL AUTOR
Andrea DonosoChilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana, Puedes leer más de sus escritos en "Mujer a paso firme"
Un argumento actual, a la hora de hablar de aborto, es el que tiene que ver con el derecho de la mujer sobre su cuerpo. Es cierto que, como mujeres, tenemos que hacernos respetar y valorar por lo que somos: creación de Dios. Pero hay que tener mucho cuidado con todo lo que este movimiento feminista incluye en su ideología actual. Nosotras, como hijas de Dios, tenemos el deber y la responsabilidad de informarnos acerca de lo que este mundo quiere legalizar, compararlo con lo que la biblia nos enseña, y tomar una postura acorde a ella. Tenemos que ser señoritas con convicciones firmes basadas en principios establecidos por Dios, y estar preparadas para saber defender nuestra postura.
Ya en tiempos remotos, como vemos en el libro de Éxodo, Dios le explica a Moisés, mediante parámetros de comportamiento para la sociedad judía, qué pena tenia el lastimar a una mujer embarazada y qué hacer si ésta, en consecuencia, abortaba:
“Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida.”
Éxodo 21: 22-23
Está claro que nuestro Dios defiende la vida, defiende Su creación. Por más que este mundo quiera hacerte creer que un feto no es vida, Dios nos dice lo contrario. La ciencia misma aprueba lo que la Palabra de Dios dice, un feto tiene latidos cardíacos desde la semana cinco de gestación ¡Es vida! El salmista dijo:
“Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.”
Salmo 139:13
Dios es quien da la vida, es Él quien nos forma, para Él nada es oculto desde que comienza la concepción, pues Él ya sabe el color de ojos, la forma de su cabello y hasta cuánto va a medir. Desde que somos formadas en el vientre, Él tiene un plan para ti ¿Cómo podemos creer que Dios apruebe matar a Su propia creación? ¿Cómo podemos pensar en asesinar algo tan inocente como un bebé no nacido?
Puedes tener control sobre tu cuerpo, puedes tomar tus propias decisiones, pero Dios un día te pedirá cuenta de todo lo que hayas hecho con lo que Él te prestó, y esto incluye tu cuerpo. Además, ten presente que el bebé crece dentro de tu cuerpo, pero no es tu cuerpo, él tiene el suyo propio.
El aborto es un asesinato, porque ni una de sus prácticas es libre de dolor. En todas sus formas hay sufrimiento, tanto para la mujer como para el feto. Ya sea con la inyección de solución salina, donde el bebé no nacido sufre quemaduras hasta perder la vida; la extracción a través de una aceleración del parto donde el bebé muere en un mesón frío o en el peor de los casos en un basurero; o la más horrible, donde lo descuartizan dentro del útero. Nada de lo mencionado es una manera natural de morir, son asesinatos provocados a inocentes que no pueden defenderse.
Como hijas de Dios debemos defender la vida, defender la creación de Dios y estar firmes en nuestra posición, saber responder con amor y mansedumbre, pero no quedarnos calladas, decirle al mundo que es Dios quien da y quien quita la vida (1 Samuel 2:6) y mostrar al mundo que Dios es soberano y no se equivoca cuando otorga vida, cuando regala un hijo.
ACERCA DEL AUTOR
Andrea DonosoChilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana, Puedes leer más de sus escritos en "Mujer a paso firme"
La palabra de Dios es muy clara cuando habla del consumo de alcohol y nos da parámetros establecidos de cómo conducirnos. En cuanto a beber bebidas alcohólicas, la Biblia nos dice que:
“El vino es escarnecedor, la bebida fuerte alborotadora, y cualquiera que con ellos se embriaga no es sabio”.
Proverbios 20:1
Es claro a la luz de este pasaje que el consumir bebidas fuertes o alcohólicas no es de personas sabias, y no está bien hacerlo porque lo que buscamos como jóvenes cristianas es ser mujeres sabias, jóvenes que temen a Dios y que busquen agradarle, entonces el beber nos aleja del objetivo que anhelamos alcanzar.
La Biblia también nos habla que el beber bebidas alcohólicas nos lleva a perder la cordura y olvidar lo que decimos y hacemos cuando estamos bajo su efecto y esto es algo muy peligroso.
“No es para los reyes, oh Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los gobernantes desear bebida fuerte; no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, y perviertan los derechos de todos los afligidos.”
Proverbios 31:4-5
Saber tener límites y convicciones firmes es fundamental cuando nos encontramos frente a situaciones cotidianas donde se nos ofrece beber. Es algo que a simple vista no se ve mal, que incluso nos puede llegar a gustar, pudiéndonos catalogar de “bebedoras sociales”, creyendo que no vamos a llegar al punto de perder la razón y no sentimos que estemos ofendiendo a nadie al hacerlo. Pero el abstenerse de beber te hace sabia, el dejar a un lado el deseo de tomar algo que no te conviene te hace vencedora, primero porque como leímos anteriormente el beber puede llevarte a embriagarte y cometer actos imprudentes de los cuales no te acuerdes, y te arrepientas el resto de tu vida. En Segundo lugar, no es bueno hacerlo porque tu testimonio se verá manchado y puede que a su vez seas de tropiezo para alguien que verdaderamente luche con una adicción al alcohol y la Palabra de Dios nos enseña que por amor es mejor abstenerse antes de ser de tropiezo (1 Corintios 8).
Si bien sabemos que todo nos es lícito, también tenemos muy claro que no todo nos conviene (1 Corintios 10:23). Nuestro Dios desea que seamos jóvenes que elijamos bien, señoritas que sepamos comportarnos a la altura de lo que somos y a lo que hemos sido llamadas. Y con claridad Dios nos invita a andar como hijas de luz, en Efesios capítulo cinco Dios nos vuelve a recordar que seamos sabias, no insensatas, que miremos bien lo que vamos a hacer y que busquemos agradar a Dios con nuestras acciones.
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.”
Efesios 5:15-18
Nuestro Dios va a tener una recompensa para ti al preferir obedecerle en vez de dejarte llevar por tus deseos, recompensará el hecho que te abstengas para honrarlo, por testimonio y por no ser de tropiezo para otros, Él está mirando tu corazón y cada una de tus decisiones también y un día, no muy lejano, recogeremos todos los frutos de nuestros sacrificios personales por obedecer a Dios. Nada de lo que hagamos por agradar a Dios es en vano.
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Gálatas 6:9
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Andrea DonosoChilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana, Puedes leer más de sus escritos en "Mujer a paso firme"