Cuando hablamos de tener un tiempo devocional, hablamos de tener un tiempo de comunión con nuestro Dios. Comunión quiere decir tener un tiempo, como lo dice la propia palabra, un tiempo de común unión, estar en sintonía.
Este momento debe ser de enorme importancia para nosotras como hijas de Dios, porque es el tiempo en el que podemos escuchar a nuestro Padre hablarnos y decirnos lo que Él quiere de nosotras, nos habla en intimidad, con amor y nosotras podemos sentirnos en completa confianza de contarle nuestras cosas a Él, es el momento en el que podemos derramar lágrimas, hablar con total transparencia y donde Dios analiza nuestros corazones.
La Biblia nos habla de muchos personajes que tuvieron una común unión con Dios, y todos ellos tuvieron hermosos finales, fueron utilizados grandemente por Dios y nosotras no vamos a ser la excepción, Dios tienen preparadas cosas grandes para ti, pero primero necesitas oír lo que Él tiene que decirte, debes abrir tu corazón a quien lo conoce mejor que nadie, pero Él está esperando tu autorización para analizarlo, repararlo y aconsejarte.
Una vez que comenzamos a tener este tipo de comunión con Dios, que sólo se da por apartar un tiempo que calidad con Él, entonces nuestra forma de ser comienza a ser transformada porque teniendo al Espíritu llenito, podemos comenzar a dar frutos conforme al Espíritu y dice la Palabra de Dios:
“Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”
1 Juan 1:6-7
La verdadera comunión con Dios nos hace andar en luz, porque estar todos los días en la compañía de Dios nos va limpiando y perfeccionando por la Sangre de Jesucristo y nos hace mucho más fácil esta hermosa carrera. También nos dice Juan en estos versículos que el tener comunión con Dios nos hace andar en luz con otros, esto quiere decir, tener una buena relación, no solo con Dios sino también con quienes nos rodean.
Esto es lo que hace una verdadera comunión con Dios, no solo tener una buena relación con Dios, sino que también tienes una buena relación con los demás. ¿no es esto verdaderamente hermoso?
La comunión con Dios se refleja, porque comienzan a nacer en ti actitudes de amor, de paz, de perdón y es así como Dios trabaja en tu vida, no serán cambios automáticos, pero con toda certeza puedo decirte que tú serás la primera en sentirte diferente, los días serán distintos. Esto es igual a cuando hacemos dieta, primero nosotras nos sentimos mejor, más vitales, con energía, la ropa nos sienta mejor y luego, al pasar los días, los demás comienzan a notar tus cambios y tus esfuerzos comienzan a dar frutos visibles.
Hoy te quiero animar a tomar la dieta del devocional, esa dieta que alimentará tu alma, te hará sentir mucho más liviana y los demás notaran los cambios en tu semblante, en tus respuestas y en tu actitud, comenzarás a reflejar a Jesús y nunca más te sentirás sola, porque estarás en comunión continua con Dios tu Padre.
Recuerda tener un tiempo devocional no requiere cantidad, no necesitas estar horas y horas o leer grandes trozos de la Biblia, sino más bien, es un tiempo de calidad donde ese ratito que pases con Dios sea de total provecho para todo tu día, haz la prueba, no te vas a arrepentir.
ACERCA DEL AUTOR
Andrea Donoso
Chilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana, Puedes leer más de sus escritos en "Mujer a paso firme"
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