En el proceso en que Rut iba a ser redimida vemos como Booz se toma el tiempo de ir hasta las puertas de la ciudad, allí era donde se realizaban los negocios de la ciudad. Booz va hasta allí, se sienta y espera al pariente de quién no se sabe el nombre, la Biblia no nos menciona y existen varias suposiciones del por qué no, pero lo que podemos aprender es que él quiso comprar el terreno de Rut dentro de su comodidad, dentro de su zona de confort, este pariente tenía el dinero necesario para poder comprar pero, no para amar a Rut y dejar que los hijos que vendrían, tuvieran el apellido de su difunto esposo. Él no quiso sacrificarse. ‘’Entonces no puedo redimir la tierra —respondió el pariente redentor— porque esto pondría en peligro mi propia herencia. Redime tú la tierra; yo no lo puedo hacer’’ (Rut 4:6).
Si Cristo dejó su trono de gloria y todos sus beneficios para venir a sufrir en este mundo caído por nosotras, ¿no deberíamos entregar nuestra vida entera por la causa del evangelio? Sacrificarnos por aquellos que necesitan más que nosotras hasta en los pequeños detalles, escuchando, dando el asiento y siendo de bendición donde nos toque estar.
Pero siguiendo con el caballero Booz, quién invita a el ‘’fulano’’ el pariente más cercano a tomar asiento para poder llegar a un acuerdo, llama también a diez líderes de la ciudad, a diez ancianos para que estos sean testigos de esta conversación.
Booz pudo haber hecho las cosas sin necesidad de testigos, o hacerlo en secreto o en medio de un gobierno corrupto decidir sobrepasar las leyes o hacer las cosas a su manera, pero no, Booz hizo bien las cosas.
¿Conoces algún gobierno corrupto, presidentes o jueces quienes son injustos en sus decisiones? Si te encuentras en algún país de Latinoamérica puedo asegurarte que sí. Pero nosotras no podemos deshonrar a ellos, debemos someternos al gobierno quién fue puesto por Dios para un propósito, aprendamos de Booz que a pesar de la corrupción en nuestro alrededor seamos obedientes a Dios y después a las leyes.
‘’Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios. Por lo tanto, cualquiera que se rebele contra la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido, y será castigado’’.
(Romanos 13:1-2)
Empieza respetando a Dios, a Su palabra, a tus padres por más de que alguno de ellos te haya abandonado o te haya fallado de manera muy grande, respeta a tus profesores y obedécelos. En la obediencia siempre hay bendición.
ACERCA DEL AUTOR
Antonella Azuaga
Tiene 21 años y sirve al Señor a través de Mujer Virtuosa, escribe para llevar las buenas noticias a los quebrantados y afligidos. Es parte la congregación más que vencedores en la que ama servir a Dios con su violín, vive en Paraguay junto con su familia, quienes también apoyan la familia de Ama a Dios Grandemente.
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