el gozo de servir


La Palabra de Dios hoy nos habla de dos mujeres: Evodia y Síntique, que participaron en otro tiempo con Pablo en la expansión del Evangelio, pero en el momento en que Pablo escribe la carta de los Filipenses, estaban en desacuerdo por motivos que no se mencionan; su disputa hacía que la iglesia en Filipos tuviese división. Como mujeres hay veces que decimos cosas que pueden herir los sentimientos de los demás, lo cual no está bien, debemos procurar siempre la unidad del cuerpo de Cristo, ser de bendición, de apoyo y de ánimo para otros.

Pese a esto, una cosa me queda clara con este relato, es que servir a Dios siempre es un trabajo en equipo, servir a Dios con más personas es lo que trae gozo y armonía a Su iglesia.

Dice el verso cuatro del capítulo cuatro: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” y el servir trae gozo siempre, más aún cuando estamos en paz con los demás.

Sé que tanto tú como yo queremos tener ese gozo, el regocijo que se siente al servir al Señor, esa hermosa sensación de satisfacción total, las ansias que se sienten el esperar que llegue el fin de semana para acudir a la casa de Dios y ver a los hermanos en la fe para compartir con ellos momentos únicos e inolvidables.

¿Cómo te sientes hoy trabajando para Dios? ¿estás sirviendo? ¿o te encuentras en un momento de tu vida difícil en cuanto al servicio?

Si hoy has perdido el gozo de servir, te invito a examinarte y pedirle a Dios que te muestre con claridad el por qué no puedes sentir alegría en el servicio, o por qué has perdido por completo las ganas de estar en Su casa.

Si tu caso es que estás feliz en el servicio a Dios, te animo a seguir así; pídele a nuestro amado Padre que quite de ti todo lo que estorbe tu servicio, que te libre de las tentaciones de este mundo que nos alejan de Él y solo nos ofrecen una falsa felicidad que es momentánea.

Hagamos la voluntad de Dios y honrémosle, trabajemos por lo que tiene ganancia eterna y busquemos con pasión a Jesucristo.  





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