Ver lo invisible




Me toca conducir a menudo desde mi ciudad hacia la capital del país aproximadamente por 5 horas cuando visito a mis hijas que estudian en la universidad. Durante el recorrido hay un trayecto montañoso que a su vez está lleno de una niebla espesa que impide ver con claridad la carretera, para quien no conoce este tramo resulta muy difícil y requiere precaución al transitarlo, a veces puede observarse vehículos disminuyendo la velocidad, colocando luces de emergencia y alguno que se detiene por completo sin poder continuar.

Así que pensaba en lo difícil que puede resultar avanzar hacia algún lado cuando no puede verse que hay por delante.

Algunas veces comparo la vida con un camino que hay que recorrer para llegar hacia diversos puntos. Culminar los estudios, una carrera universitaria, un trabajo estable, una familia y todo aquello que constituya metas por alcanzar.


Sucede que mientras avanzamos siempre encontraremos algún punto en el que es difícil ver como llegaremos al final de todo ello. Las dificultades lo convierten en tiempos de oscuridad, normalmente sentimos miedo, experimentamos dudas, cansancio y lo que es peor nos detiene y perdemos el enfoque.

Indiscutiblemente necesitamos a diario estar conectadas con Dios y no olvidar que por medio de Él todo aquello que parezca difícil o imposible podemos lograrlo.

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.  Filipenses 1:6

Nuestra vida en Cristo incluye un plan y tiene propósito, así que eso nos diferencia de cualquier otra vida acá en la tierra.

Dios desde que nacimos comenzó esa buena obra en nosotras y fielmente la continuará y terminará en el momento que le veamos cara a cara. El plan para establecer la conexión con Él se llevó mediante Jesucristo y su muerte en la cruz.
En este versículo Pablo describe el proceso de crecimiento y madurez del cristiano que comienza el día que aceptamos a Cristo y culminará el día que El venga.

Esta es una promesa de su Palabra que nos acerca a una gran verdad, esa verdad que nos recuerda en todo tiempo que El permanece para siempre.

Al igual que en la carretera es necesario que existan señalizaciones para indicarnos el camino, advertirnos de tramos de peligro o determinar los imites de velocidad. Nuestra vida necesita ese tipo de guía y dirección la cual se encuentra en su Palabra.

Cuando comienzo una nueva lectura busco recomendaciones acerca de libros.  En una de las publicaciones decía “10 libros que no puedes dejar de leer antes de morir.” Tristemente me di cuenta que no aparecía la Biblia en éste listado y como cristianas sabemos el valor que representa para nuestras vidas.
Cuando leemos la Biblia estamos buscando conocer lo que dice en ella, estamos buscando establecer una conexión con su autor, pero las personas que no lo saben y no lo hacen, inequívocamente buscan la salida o consejo en situaciones que les desvían de Dios.

Debemos sentirnos dichosas porque hoy conocemos en donde poder encontrar esa guía que nos muestra de manera clara aún en medio de todo aquello que no podemos ver a un Dios visible y que se hace palpable en nuestras vidas en cada una de sus promesas.

Leer y meditar en su Palabra nos acerca a Dios, y hace posible no solo conocerlo sino también mantener esa conexión con nuestro Padre.

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
Josué 1:8

Pensamos que tener éxito o solventar situaciones está relacionado a personas, posición o pertenencias pero la clave que Dios enseñó a Josué contradice estos criterios ya que son evidentes y claras las directrices que provienen de su Palabra.  Esforzarse, ser valientes, obedientes a la ley de Dios leyendo y estudiando la Palabra constantemente.

Dios nuestro Padre está tan cercano a nosotras y en todo tiempo, su Palabra y promesas no cambia por nada, no depende del tiempo o circunstancias, esa fidelidad suya es eterna y nos acerca a Él de manera especial y única.




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ACERCA DEL AUTOR



                                       Grethel Elías Ruiz   
Guatemalteca y madre de dos increíbles chicas. Desde muy pequeña ha servido a Dios. Pero no fue hasta hace unos años cuando experimentó la separación de su esposo que le hizo tener un encuentro personal con Dios. Le apasiona compartir  del amor de Dios a través de su testimonio. Comparte en un programa de radio y atiende consejería. Conectada con cientos de mujeres en el mundo ella es parte del equipo de líderes de Ama a Dios grandemente desde 2016





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Terminamos la serie Acércate - aprendiendo a estudiar la palabra de Dios, muchas gracias por seguirnos. En los próximos días estaremos anunciándote nuestro próximo estudio.  




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