Todos los seres humanos nacemos como pecadores, es parte de nuestra naturaleza. Al decir que es parte de nuestra naturaleza me refiero a que es lo que nos hace hombres y mujeres, es parte de nosotros. Romanos 3:9 dice “No hay ni un solo justo, ni siquiera uno”. Esto nos confirma que todos tenemos esa naturaleza pecadora, lo cual muchas veces no lleva a fallar, cometer errores y muchas veces encontrarnos en conflictos en nuestra relación con otros pecadores.
¿Por
qué te digo esto? Quiero recordarte, por ejemplo, que tu mamá no es perfecta,
tus hermanos y hermanas no lo son, de igual manera tu papá y tampoco tus
amigos. Si bien es cierto, nosotros al nacer no escogemos a nuestra familia y,
si lo queremos ver, eso nos da una excusa para aceptar las fallas de ellos. Sin
embargo, a lo largo de nuestra vida escogemos a nuestras amistades, debemos recordar
algo y es que, aunque nosotros las escojamos por afinidades en común, ellos
también son pecadores, aunque quisiéramos no podemos cambiarlos, pero sí
podemos cambiar algo en nuestra relación con ellos.
Hoy
día escuchamos la frase “Relaciones Tóxicas”, por lo general la empleamos o la
asociamos con una relación de pareja, pero ¿qué tal si pensamos en amistades tóxicas?
Nuestra
generación se ha convertido en una generación conformista. Romanos 12:2 nos
recuerda:
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación
de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta."
Hay
amigas que nos alientan al chisme, conflicto con otras personas, a tomar
decisiones erróneas, cambiar nuestros ideales, expresarnos distinto e incluso a
dudar de nuestra misma fe. Podemos llegar a resignarnos y conformarnos a tener
amistades tóxicas y muchas veces por miedo a perderlas, dejamos ser guiadas por
ellas. Proverbios 22:25 dice:
"no sea que aprendas sus malas costumbres y tú
mismo caigas en la trampa."
Nuestra
tarea es estar atentas a quiénes nos rodean, pedirle a Dios que nos dé
sabiduría al momento de elegir nuestras amistades y luz para saber con quiénes
poder compartir nuestras confidencias. Con esto no me refiero a que todas aquellas
amistades que tengas y que no generen algo positivo en tu vida sean eliminadas
de tu vida o de Instagram, por ejemplo (recuerda: ellos son pecadores como tú y
yo). Jesús fue amigo de pecadores y Él es ese ejemplo de amistad que debemos imitar
en nuestras amistades tóxicas.
Como
jóvenes cristianas del sigo XXI nos encontramos con barreras y muchas veces nos
da vergüenza hablarle de nuestra fe a nuestros amigos, por miedo al rechazo,
pero ¿acaso Jesús se avergonzó de morir por ti en la cruz? Y no me refiero a
que vengas y prediques a todo el mundo (puede que tu misión como creyente sea
otra) pero sí te motivo a que conviertas esa amistad tóxica en una amistad de
bendición, donde Jesús sea el centro y un punto en común de ella. Comienza tú a
ser una amiga verdadera, desintoxicando tus amistades.
"Si caen, el uno levanta al otro."
Eclesiastés 4:10
Comienza a ser una amiga verdadera que desintoxica sus amistades atrayéndolas a Jesús.
0 Comments