“Estando Jesús sentado delante del arca de
la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una
viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les
dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque
todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo
su sustento.”
Marcos 12:41–44
¿Alguna
vez has puesto todo lo que te queda en la ofrenda, para un regalo, para el
viaje en metro o el camión, para una comida, para darle a alguien que lo
necesita?
Jesús estaba sentado delante el arca de la ofrenda -La Mishná- cuando ve a todas estas personas dar lo que tenían para dar, algunos daban mucho y otros poco, pero lo que maravilló a Jesús fue el corazón de esta mujer viuda que da dos monedas de plata -un cuadrante-, estas moneditas equivaldrían a 1/16 de un denario, la moneda menos valiosa de cobre judía.
No sé en tu país cuál sea la moneda más pequeña, en México es la de 5 centavos, pesa 1.58 gramos, mide 15.5 milímetros de diámetro y está hecha de acero inoxidable. Como puedes imaginarte, es una moneda chiquitita que no tiene mucho valor y con la que, lamentablemente, no puedes adquirir prácticamente nada.
Jesús conocía todo lo que esta mujer tenía, todo lo que los demás tenían; conoce también todo lo que tienes tú y todo lo que tengo yo. La fe completa de esta mujer se contrasta con el orgullo religioso y la superficialidad de los escribas. Esta viuda le da todos sus recursos a Dios y, por lo tanto, depende de Él por fe para satisfacer sus necesidades. Cuando damos, Dios mira nuestro corazón, no la cantidad.
“Cada uno dé como propuso en su corazón:
no con tristeza, ni por necesidad,
porque Dios ama al dador alegre.”
2 Corintios 9:7
El Señor nos recuerda que nuestra vida en la tierra es momentánea, esto no quiere decir que no procuremos un trabajo o educación, sino que recordemos que lo que tenemos es terrenal, que cuando Él venga o nosotros seamos llamadas, nada de lo que adquirimos nos llevaremos.
Dios nos llama a vivir con un Enfoque Eterno. Él nos creó para ser generosos con lo que es Suyo, nos creó para ser dadores como Él es. El problema es cuando creemos ser dueñas de todo lo que tenemos, se hace muy difícil dejarlo ir.
“Porque de él, y por él, y para él, son
todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”
Romanos 11:36
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