¿Alguna vez te has sentido olvidada por
Dios? Cuando escucho la dolorosa historia de un niño que ha sido abandonado por
sus padres, mi corazón se entristece. Afortunadamente, Dios nunca abandona a
Sus hijos. Sin embargo, alguna vez habrás podido sentirte así. Quizás oraste y
pensaste que no te respondió; leíste la Biblia, pero sentiste que no te habló.
Las pruebas en tu vida tal vez te hicieron creer que Dios se fue de vacaciones
y se olvidó de ti y de tus problemas.
Noé pudo haberse sentido así después de
estar en el arca por un tiempo. El mundo entero había sido destruido por el
diluvio. La lluvia había caído a torrentes durante 40 días y 40 noches.
Finalmente cesó y el único sonido fue el
del agua golpeando contra los lados del arca. Noé estaba esperando escuchar del
Señor en ese momento.
Pero cuando Dios le habla a Noé de nuevo
diciéndole que salga del arca (Génesis 8:15), da la impresión de que no había
hablado desde la última vez que se registró en estos pasajes (Génesis 7: 1),
más de un año atrás, cuando le dio la instrucción de subir a bordo.
¿Qué crees que pensaba Noé durante todo
ese tiempo en el agua? De pronto en algún momento se sintió olvidado por Dios. Quizás
estés así ahora mismo. Necesitas tener la seguridad de que Dios no te ha
olvidado.
“Y se
acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban
con él en el arca” Genesis 8:1
Cuando el texto dice " Y se acordó Dios de Noé", la palabra
se usa a menudo para referirse a que Dios está actuando de acuerdo con Sus
promesas. Cuando Dios estaba a punto de destruir las ciudades inicuas de Sodoma
y Gomorra "se acordó de Abraham" y perdonó a Lot en su favor (Génesis
19:29). Cuando Raquel quiso tener hijos, pero no pudo, leemos que "Dios se
acordó de Raquel" y ella concibió (Génesis 30:22). Cuando Israel estaba en
servidumbre en Egipto, leemos que "Dios se acordó de Su pacto con Abraham,
Isaac y Jacob" (Éxodo 2:24).
Esto señala la fidelidad de Dios. Desde
nuestra perspectiva puede parecer que Él se ha olvidado, puede que permanezca en
silencio en algún momento. Pero puedes confiar en que actuará en Su tiempo. ¡Él
se acuerda de ti! ¡Él jamás deja de ser fiel!
No son nuestros sentimientos los que nos
salvan. Cristo nos salva por Su gracia soberana, si hemos confiado en Él
sabemos que, en fidelidad a Su promesa, nos ha salvado de Su juicio.
¿No te alegra que tu futura liberación
del juicio de Dios dependa de la fidelidad de Dios, no de nosotras? Qué maravilla que Dios haya dicho:
“Y nunca
más me acordaré de sus pecados y transgresiones”
Hebreos
10:17.
Cada nuevo día, cada estación cambiante, cada
favor que recibimos, deben recordarnos que Él es un Dios fiel que provee para
todas nuestras necesidades.
A menudo, cuando Dios guarda silencio en
nuestras vidas, es porque quiere llevarnos a una situación en la que hace cosas
nuevas. Para ello a veces debe ser destruido lo viejo para dar paso a la
renovación. Podemos contar con Su fidelidad durante el silencio, sabiendo que
Él nos ha salvado en el pasado, ha prometido preservarnos en el futuro y nos
está proveyendo en el presente. Noé se aferró a esa seguridad cuando Dios guardó
silencio durante ese largo año en el arca. Puedes aferrarte a esa seguridad
ahora mismo, si parece que Dios te ha olvidado, puedes tener la certeza
absoluta que jamás lo hará.
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