Qué se dice de mí

 




 

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Génesis 5.24

 

La Palabra de Dios no dice mucho acerca de Enoc, pero sí lo suficiente para comprender que fue un hombre que agradó Su corazón mientras estaba en el mundo. El plan de Dios para él era mejor de lo que pudiera haber imaginado, porque ¿sabiendo que como seres humanos la muerte es parte de la vida, Enoc pensaría que no la vería porque sería arrebatado al cielo en vida? Probablemente no.

 

La Palabra de Dios enfatiza "y Enoc caminó con Dios", una singularidad en esa época, debido a la corrupción que se vivía.  Enoc tenía un testimonio grato ante Dios y Dios decidió llevárselo en alma y cuerpo al cielo, así como hizo con Elías; ambos fueron trasladados vivos al cielo. ¡Genial! ¿Cierto?

 

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Hebreos 11:5

 

Muchas veces olvidamos que estamos siendo leídas por el mundo, pues somos cartas de representación de Cristo de acuerdo con lo que dice La Palabra (2 Cor. 3:3). El no tener eso presente puede llevarnos a descuidar nuestra forma de vivir e incluso puede hacernos desobedecer. Dios nos dice en Su Palabra que vigilemos, que seamos diligentes en nuestro caminar con Él, en Su Palabra encontramos innumerables advertencias sobre este tema, ya que por nuestro testimonio muchos pueden llegar a conocer a Cristo, pero también pueden llegar a rechazarlo.

 

Que lo poco o mucho que sabe alguien de ti, sea un testimonio sólido en la fe y un vivo ejemplo a seguir.

 

La Palabra de Dios nos exhorta a dar un buen testimonio, ya que hay muchas personas que nos ven, no solo las del mundo, sino también los mismos hermanos en Cristo a los cuales Dios nos manda a ser ejemplo (1 Timoteo 4:12).  En Romanos 12:2 el Señor nos llama a:

 

*Despojarnos de todo peso: dejar a un lado aquello que obstruya nuestro andar con Él. Este peso o carga varía en cada creyente. Por ejemplo, la vanidad, el orgullo, la mundanalidad, un temperamento violento, la insensibilidad, la imaginación corrupta, entre otros, como también podrían ser cosas materiales o hasta personas que influyen negativamente en nuestra relación con Dios.

 

*Despojarnos de todo pecado que nos asedia: apartarnos de los pecados a los que nos exponemos fácilmente, puede ser por el entorno en que vivimos, nuestra manera de ser, pecados practicados antes de Cristo o hábitos pecaminosos siendo creyentes, o por alguna debilidad de nuestro carácter.

 

*Correr con paciencia la carrera por delante: aquí la palabra paciencia significa "perseverancia", debemos correr la carrera quitando todo obstáculo y sin desmayar.

El creyente que vigila sus pasos y fortalece sus debilidades en El Señor, refleja madurez en su andar con Él.

 

¡Bella! Si ante los ojos de Dios tu testimonio no ha sido bueno, te invito a que confieses a Dios tu pecado, Él te perdonará; pídele que te ayude aplicar Su Palabra en tu vida. Si por el contrario ese testimonio ha sido bueno, continúa de esa manera, pero sin confiarte. Necesitamos depender del Espíritu Santo día a día para andar en la voluntad de Dios. La comunión íntima con El Padre es la clave para tener un espíritu dócil ante Él.

 

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Filipenses 3:12

 

 


0 Comments