Dios revelado en Su creación



Los cielos proclaman la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de Sus manos.

Un día transmite el mensaje al otro día, Y una noche a la otra noche revela sabiduría.

No hay mensaje, no hay palabras; No se oye su voz. 

Salmos 19:1-3 NBLA

 

La tierra es un lugar increíble, ningún rincón es igual a otro y ningún amanecer o atardecer en nuestro planeta se compara al anterior. Desde la nada, Dios se encargó de diseñar un planeta apto para la vida en todas sus formas y variedades, lo hizo posible con el poder de Su palabra, Él ordenó y todo fue creado conforme a Su voluntad, estableciendo sobre el funcionamiento de nuestro universo, leyes que no han cambiado y que permanecerán hasta que Dios ordene su fin.

 

El ser humano fue creado por Dios de forma extraordinariamente perfecta y colocado en la tierra para ser administrador de ella. La sabiduría humana, aunque corrompida por el pecado, ha logrado descubrir y entender cosas asombrosas acerca de cómo funciona la vida en nuestro mundo, lo cual nos ha permitido tener tecnología cada vez más avanzada que nos ayuda a cumplir el mandamiento de Dios de someter la tierra para nuestro beneficio, aunque tristemente no siempre para Su gloria.

 

Este es el pecado de los seres humanos: que, viendo, asombrándose y no terminando de conocer ni comprender lo que a grandes gritos sin necesidad de palabras revela la creación, no reconocen lo evidente, que Dios es el Creador y que la creación evidencia a su creador. Lo irónico de todo es que las ciencias humanas, quienes en principio no reconocían el aspecto espiritual en el ser humano, hoy nos invitan a conectar con nuestra espiritualidad fomentando el contacto con la naturaleza.

 

El apóstol Pablo nos explica en el inicio de su carta a los Romanos, cómo Dios está airado con el hombre por esta misma causa:

 

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad.  

Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos,

pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles,

Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos

por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa.  

Pues aunque conocían a Dios, no lo honraron como a Dios ni le dieron gracias…

Romanos 1:18 – 21 NBLA

 

Por supuesto que no reconocer el poder de Dios y Su soberanía en toda la creación nos lleva a alejarnos de Él, de Su verdad y a experimentar confusión y oscuridad en nuestro razonamiento, pero esta nos es la voluntad de Dios; por eso, a pesar de Su ira contra nosotros, en Su misericordia, ha enviado a Su Hijo en forma humana, para que Él cargara con el castigo de nuestra ingratitud y rebelión. Todos aquellos que depositamos nuestra fe en que Jesús es el Hijo de Dios y que aceptamos que Su muerte fue el precio que pagó por nuestro pecado, somos reconciliados con Dios para experimentar la nueva vida en Cristo.

En esta nueva relación como hijos de Dios, podemos conocer la verdad y experimentar el poder de Dios cada día en la belleza de Su creación, nuestro entendimiento acerca de cómo funciona la vida animal, la naturaleza, ¡la vida microscópica! y hasta la vida intrauterina es transformado para reconocer que, todo es obra perfecta de Dios. Es maravilloso y merece nuestra exaltación. La creación nos invita a acercarnos a ella para exaltar el poder y disfrutar la bondad del Creador. 

 



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