Pero
por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras.
En
ellos Dios puso una tienda para el sol, y este como un esposo que sale de su
alcoba,
se
regocija como hombre fuerte al correr su carrera. De un extremo de los cielos
es su salida,
y
su curso hasta el otro extremo de ellos; y no hay nada que se esconda de su
calor.
Salmos
19:4-6 NBLA
Es
hermoso contemplar la naturaleza, pasar horas y horas en medio de un bosque o
la playa, admirar las estrellas o un ocaso. Creyente en Dios o no, toda persona
es capaz de asombrarse ante un universo que es mucho más grande. C.S Lewis dijo:
El hecho de que nuestro corazón anhele algo que la tierra no puede darnos, es
prueba de que el cielo debe ser nuestro hogar.
No
se puede negar la misericordia del Señor al revelarse en Su creación. Su voz
resuena hasta los confines de la tierra; revela Su poder, Su amor, Su
creatividad y gobierno, aún sobre el clima. Lleva desde el asombro y gratitud
por una puesta de sol, hasta el temor en medio de una tormenta.
El
sol y luna no son los que deben ser adorados. Las lumbreras solo obedecen para
lo que fueron formados. Es el Creador quien merece toda la gloria. Su creación es solo una sombra del Dios que
quiere con la humanidad ser cercano.
El
Salmo 19 comienza reconociendo que los cielos cuentan la gloria de Dios. Pero,
¿qué es gloria? Según su etimología en latín, es conocimiento. En este contexto,
nos lleva a un conocimiento de Dios y Su señorío sobre el universo, pero este
es limitado. Aun cuando el cielo parece extenso, Él quiere llevarte más
profundo, a una relación más cercana de lo que la naturaleza es.
Esto
es un misterio, uno que ha sido revelado en Cristo (Colosenses 2:3). Él
es el primogénito de toda creación. Tener una relación con Él es un tesoro
lleno de sabiduría y conocimiento que nos da vida eterna, una vida en libertad,
una vida consciente de Su presencia. Este misterio es Dios encarnado, quien
habitó entre nosotros y mostró Su gloria. Es decir, todo Su conocimiento se
hizo evidente en nuestro Salvador.
Él
es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Porque
en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra,
visibles
e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades;
todo
ha sido creado por medio de Él y para Él.
Colosenses
1:15-16
A
través de Su vida y Su muerte podemos tener Su perdón, pues el pecado en
nuestras vidas nos separa de esa gloria. A través de Su resurrección podemos
acceder a esa vida eterna. Aun cuando la muerte merecemos, si le buscamos, le
entregamos nuestro corazón y le confesamos como nuestro Señor, este misterio nos
levanta en victoria.
Podemos
ver Su poder en la naturaleza y reconocer que todo ha sido creado por medio de
Él y para Él. Pero ¡oh, qué infinito amor que se ha acercado! Si buscamos a
Cristo de todo corazón, tenemos la promesa que lo encontraremos (Jeremías
29:13); este misterio es la verdad que nuestra alma necesita.
.
Dios
se hace presente en la naturaleza, pero se hizo evidente a través de Jesucristo
y
busca esa reconciliación de la humanidad con Él. Busca esa relación contigo.
Si
de todo corazón entiendes esta verdad y la buscas cual tesoro,
será
más real que la propia naturaleza que puedes percibir con los sentidos,
y
aun cuando esta nos asombra, recuerda que es solo un vislumbro del poder y amor
de Dios.
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