Amar Sin Corresponder


Cuando estudiamos el libro de Oseas, podemos vernos frente a un espejo donde podemos observar cada imperfección que tenemos, vemos el amor doliente de un Dios Todopoderoso que está amando sin ser amado.

Es tan cruel amar sin ser correspondido y lo es también cuando la respuesta es la infidelidad. Así hemos podido ver a Dios, amando pese a no ser correspondido de la misma manera. Aún así, Él le pide a Israel que se arrepienta, en Su amor está dispuesto a perdonar y restaurar.

De la misma manera en que Dios le pedía a Israel que le buscara, nos pide a nosotras que le busquemos, nos recuerda que en Él, nuestro pecado queda olvidado si nos acercamos con un corazón arrepentido.

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; Y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”
Santiago 4:8

Si en estos momentos, al verte en el espejo de la Palabra de Dios, te estás dando cuenta que has actuado como Agar o como Israel, siendo infiel en no corresponder al amor de Dios de la misma manera, Él te está diciendo: “Aquí estoy, esperándote, siempre he estado aquí, solo mírame.”

No hay pecado que Dios no pueda perdonar, vemos ejemplos de ello en el libro de Oseas, Él estaba dispuesto a hacerlo a pesar de todo lo que ellos habían hecho, incluso los compara con las situaciones y los pueblos más pecaminosos que en esos tiempos existían y, aun así, Su corazón anhelaba otorgarles Su perdón.

¿Piensas que no puedes acercarte a Dios? ¿Crees que tu pecado es tan grande que Él jamás volverá a mirarte, que ya no querrá saber más de ti? Lee estos hermosos versículos: 

Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para la ira, y grande en misericordia.
Bueno es Jehová para con todos,
Y sus misericordias sobre todas sus obras.”
Salmos 145:8-9

Su misericordia es sobre TODAS nuestras obras, buenas y malas; no solo sobre las que hemos hecho bien, Dios extiende Su misericordia sobre nuestras vidas completamente, sabiendo que vamos a fallar, Él es clemente, es compasivo, espera por nosotros, no es intransigente, quiere que nos volvamos a Él, quiere perdonar nuestros pecados y echarlos al fondo del mar, donde nadie nunca más los pueda encontrar, quiere atraernos con lazos de amor (Oseas 11:4). Nuestro amoroso Dios busca todos los medios para llamar nuestra atención y quiere restaurar la relación que tiene con nosotros.

Pongámonos en acción y venzamos el mal con el bien, comencemos a hacer lo que Dios requiere de nosotros. Apartémonos de los ídolos que podamos tener y démosle ese lugar a Él, no seamos como Israel que adoraba a Jehová y a los baales en el mismo lugar. No podemos dejar que Dios comparta el lugar que le corresponde con otras cosas o personas. Él es suficiente, Él quiere ser quien supla todo lo que carecemos y quiere que nuestro deleite sea en Él.

Satanás quiere hacernos creer que Dios nos resta valor, intenta ponerlo como un Dios egoísta y machista, nos está susurrando de una manera sutil que pasó de moda, que hoy no tiene ni una sola autoridad y significancia sobre las decisiones que tomamos, quiere hacernos creer que no es tan malo lo que dicen, hasta el punto de sentirnos identificadas con lo que este mundo defiende y pensar que en cierto modo tienen razón.

¡No caigamos en ese juego! Veamos qué es lo que la Biblia dice respecto a las inquietudes que nacen dentro de nosotros, busquemos a Dios en oración y busquemos consejo, quizá con una mujer Suya que pueda guiarnos y aclarar dudas que podamos tener. No aseguremos en voz alta que nos sentimos partícipes de algún movimiento antes de consultarlo con la Palabra de Dios.

Aunque satanás quiera apartarnos de Dios y hacernos creer que Él está lejano y no entiende lo que vivimos o que este mundo comprende mucho mejor lo que nos hace falta, estas nunca serán razones suficientes para que Dios deje de amarnos, no son motivos de peso para que se aparte de nuestras vidas. Dios, nuestro Dios, quiere que con amor comprendamos que solo Él es suficiente, quiere que le demos el lugar que le corresponde en nuestras vidas porque somos nosotros quienes decidimos dárselo. Como con Israel, a momentos el amor que Él sienta por nosotras será doloroso, pero no dejará de ser amor porque NADA NI NADIE nos aparta de él. Con amor eterno nos ha amado, nos ama y nos amará.

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 8:38-39


               



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