Tu legado es tu conducta




 “Generación a generación celebrará tus obras y anunciará tus poderosos hechos”.  
Salmos 145:4 RVR60


Legas lo que construyes en el recorrido de la vida. Así que… ¿Qué tipo de legado entregarás a la próxima generación? 


A lo mejor, en este momento de tu vida, no sea una necesidad apremiante pensar en un legado para los que te seguirán, pero si entiendes el párrafo anterior, te darás cuenta de que un legado es una herencia construida con cada día vivido y que, por eso, en el día de hoy es apremiantemente necesario reflexionar y tomar acción sobre el curso de tu vida para que, llegado el momento de transmitir y entregar tu legado, no te presentes con las manos vacías.

 

Pensar en un legado económico es importante, pero más importante es la herencia inmaterial que transmites sobre los que te siguen; en este sentido, piensa que no solo heredas a otros cosas de preciado valor, sino que estás entregando toda una historia que conforma tu identidad y que comprende experiencias de vida, creencias, valores, decisiones, hábitos, emociones, estructuras de pensamiento y patrones de conducta.  


En la Biblia encontramos el ejemplo de varias mujeres que no tenían muchas riquezas para heredar, sin embargo, se destacan porque se apercibieron en construir un legado de infinito valor en el momento correcto, con el propósito de que otros lo pudieran aprovechar. 


Un ejemplo maravilloso son Sifra y Fúa, dos mujeres hebreas y esclavas de los egipcios, que actuaron con la convicción firme de salvar de la muerte a los varones recién nacidos; desafiando el edicto del faraón, no solo le dieron la oportunidad a la madre de Moisés tener al niño en sus brazos, sino que fueron facilitadoras del plan de Dios para liberar a Su pueblo por mano del mismo niño que salvaron de la muerte. 


Loida y Eunice también son dos poderosas mujeres que entregaron un robusto legado de fe a su hijo y nieto Timoteo, ellas realmente se dieron cuenta de que debían actuar a tiempo y comenzar la construcción del legado de fe desde la infancia de Timoteo, para que en su juventud este gran discípulo de Jesús pudiera aprovechar todo lo recibido.


“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”. 

2 Timoteo 1:5 RVR60


Ellas y muchas otras mujeres de la Biblia nos legaron a nosotros un testimonio de convicciones firmes, de servicio, fe, obediencia y amor a Dios y al prójimo. Gracias a la Palabra de Dios en nuestras manos, tenemos el privilegio de recibir su ejemplo y también la responsabilidad de aprovecharlo para construir un modelo de vida que honra a Dios sobre todas las cosas. 


¿Qué legado te gustaría transmitir? Tu legado es y será aquello que eliges pensar, creer, sentir, actuar y decir hoy, mañana, pasado, mañana, dentro de un año y hasta el último día de tu vida, lo que entregarás para que otros lo aprovechen. Lo construyes con el modo de vida que eliges vivir.


¿Cómo estás construyendo tu legado? No hay razón válida para obviar este llamado, no esperes que el tiempo transcurra viviendo sin riendas. Hoy es el momento de sentar las bases de tu vida y planificar la construcción de un legado duradero, lo suficientemente valioso para ser heredado por los que te conozcan y sean influenciados por tu ejemplo de santidad y temor a Dios.

 

“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba; muchas mujeres hicieron el bien, más tu sobrepasas a todas.”

Proverbios 31:28-29 RVR60





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