Guiadas al Arrepentimiento


El día de hoy nuestro devocional nos llevaba a meditar en el pecado del Rey David junto a Betsabé... cuántas veces hemos estado en el momento o lugar inadecuados, alejándonos más de Dios, como en el caso de David. 

Podemos observar lo siguiente del rey:

  • No estaba donde se suponía debía estar
  • Vio algo que no debía haber visto
  • Hizo algo que no era bueno
  • El costo no fue solamente sobre él mismo, sino sobre inocentes

El rey debía esta en la guerra contra los Amonitas. Sin embargo, se quedó en casa. Muchas veces, cuando estamos en casa, un simple momento de distracción nos lleva más allá de lo que podemos controlar, más aún si estamos lejos de Dios.

Un desenganche de Dios     +     Una distracción       =     Un propósito abandonado

David se distrajo un segundo y esto lo llevo a caer; en hebreo la palabra que está escrita en ese versículo es Ra-ah que significa mirar con anhelo/deseo.

Recordemos siempre evitar estar donde no debemos estar o mirar lo que no deberíamos mirar (Ra-ah) para no ser llevadas a  acciones inapropiadas. Después de que David mandara a llamar por Betsabé y pecara, la despide como diciendo: acá no pasó nada. Desconocía en ese momento el gran dolor que daba inicio a partir de su error.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;

 Se volvió mi verdor en sequedades de verano” 

Salmos 32:3-4

¿Qué estás callando? ¿Qué es eso que sigues manteniendo en secreto y que sabes que es incorrecto? ¿Qué es lo que está lastimando a los que están a tu alrededor?

“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.”   

Salmos 32:5

No importa cuánto tiempo haya pasado, cuántas veces, no importa cuán oscuro sea ese pecado. Confiésalo a Dios. Él está esperando por ti, lleno de fidelidad y justicia, dispuesto a perdonarte y a amarte.

El rey David no se percató de que un momento de distracción era lo único que hacía falta para lastimar un país, una familia, una vida, una relación con Dios. Hasta que Dios lo confronta a través del profeta Natán, se da cuenta de todo el daño que ha causado por un momento de distracción lejos de Dios.

Dios tiene grandes planes para nuetras vidas, hemos sido elegidas, somos creación divina. ¿Estás distraída en algo, quitando tu mirada de Dios? No dejes que satanás te siga encontrando desprevenida.

Podemos levantarnos todos los días diciéndonos a nosotras mismas -y a Dios-: No soy esclava de mis hábitos. No soy prisionera de una adicción. No estoy atada más al temor, a un pasado, a un pecado. ¡¡He sido rescatada del poder de las tinieblas y llevada al reino de la luz de Dios!!

“el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”

Colosenses 1:13

RECUERDA:

  1. Confiesa delante de Dios (para perdón)
  2. Háblale a la gente correcta (para ayuda)
  3. Remueve las distracciones (evita lugares, tiempos, emociones, acciones)
  4. Deja que Dios te sane con Su gracia y Su amor (la redención que es en Cristo Jesús)

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús

Romanos 3:23-24



0 Comments