Llegado el momento de realizar mi devocional me bombardean como pájaros distractores todos los pensamientos menos esperados en mi mente, no me puedo concentrar. ¿Qué puedo hacer?
¿Te ha pasado lo mismo que a mí? Tienes
todo preparado, tienes la disposición de tu corazón para tener ese espacio de
comunión tan anhelado con Dios, pero de repente te acuerdas de la ropa sucia,
de los trabajos sin entregar, del mensaje que no has leído en WhatsApp y muy
pronto te desvías de lo importante para hacerle caso a lo urgente.
Esta lucha tiene un campo de batalla en
nuestra mente, es allí donde se determina nuestra victoria o nuestra derrota,
miles de pensamientos pasan por nuestra cabeza, pero solo los que alimentamos,
a los que les damos valor, los que nosotras elegimos, son aquellos que se
fortalecerán.
Nehemías también luchaba continuamente con
distractores que le querían hacer desistir o al menos retrasar en la tarea de
reconstruir el muro de la ciudad de Jerusalén, pero me encanta la respuesta que
tiene este hombre frente a sus distractores:
“Y les envié mensajeros,
diciendo: yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra,
dejándola yo para ir a vosotros”. Nehemías 6:3
Nehemías primero ganó la batalla en su
mente, fortaleció los pensamientos de propósito que tenía para reconstruir el
muro y sus pensamientos motivaron y encaminaron su conducta.
Tú también tienes una gran obra que tienes
que realizar cada día, tu gran obra es sentarte, abrir tu Biblia y fortalecer
tu relación con Dios, pero si le das prioridad a los distractores, nunca podrás
culminarla. Esta batalla con los pensamientos que te roban la
concentración es diaria, por ello debes ser mucho más sensata a la hora de
luchar por tu tiempo con Dios.
¿Qué puedes hacer?
Aquí te damos algunos consejos que puedes
poner en práctica cuando ya estás sentada con tu Biblia abierta y te sientes
tentada a salir corriendo para ocuparte de lo urgente:
- Háblate a ti misma: A veces siento que mi otra yo, es una niña que solo quiere sabotear todos mis esfuerzos por hacer las cosas bien, entonces tengo que hablarle firme y decirle: “No te saldrás con la tuya”. Encuentra las palabras y la manera de hablarte firmemente y hacer lo que te has propuesto hacer.
- Ora: Envía
esas oraciones SOS al cielo, Dios siempre está atento a tus pedidos de auxilio
y el Espíritu Santo está presto para ayudarte y poner en ti el querer y el
hacer, porque esa es Su buena voluntad.
- Respira: Inhala
y exhala repetidas veces, de manera que tus pensamientos se aplaquen y puedas
tomar las riendas de ellos; respirar ayuda a que tu cerebro se oxigene y puedas
mantener la disposición en la tarea que estás realizando.
- Consume
suplementos vitamínicos: Quizás la falta de concentración se deba
a una falta de vitaminas y minerales en tu organismo, ten una buena
alimentación y mantén hidratado tu cuerpo.
- Escucha
música suave: si no te incomoda y se te facilita acompañar tus
devocionales con música que te ayude a centrar tus pensamientos en la Palabra
de Dios, utilízala como una herramienta para combatir la distracción. Ten a
mano esas canciones especiales para acompañar ese tiempo especial de comunión
con Dios.
El salmista no se conformó con una
comunión con Dios limitada a un tiempo específico en el día, sino que él dijo:
Todo el día es ella mi meditación (Salmo 119:97). Te animo a ir más allá y
mantener tu mente durante centrada en la Palabra de Dios sin importar lo
saturada que pueda estar tu agenda.
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