El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la
ley es el amor.
Romanos 13:10
El amor no obra mal,
busca hacer el bien a los demás impulsando la justicia (lo correcto), la verdad
(conforme a la Palabra de Dios) y la benevolencia (lo bueno).
El bullying es una
manera de hacer un mal al prójimo, es un acto intencional continuo para causar
daño a una persona. Aunque el bullying es más frecuente
en el ambiente escolar, cualquier persona puede ser víctima, sin importar la
edad o el escenario en que se encuentre: casa, trabajo, barrio o congregación,
entre otros.
La
Universidad Internacional de Valencia habla sobre las seis en que se las que se hace bullying: el verbal, el
psicológico, el sexual, el social, el físico y el cibernético. Esta
intimidación puede hacerse por el aspecto físico, capacidades, habilidades,
carácter, personalidad, valores, principios, creencias, etc. Por tanto,
independientemente del tipo y en el aspecto que se ejecute, ante los ojos de Dios el
bullying es pecado.
Para reconocer el
bullying es necesario antes conocer la forma correcta de tratar a los demás,
entonces, cualquier posible manera de hacerlo es inválida, ya que, cuando se
conoce la verdad, se descartan las mentiras.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Marcos 12:30-31
El Señor en Su Palabra
nos ha declarado lo que es bueno y lo que es malo, Él revela cómo se debe
relacionar el hombre con Dios y con su prójimo. El amor es el común denominador
en ambas relaciones.
De hecho, El Señor
Jesucristo resume toda la ley en amar a Dios y al prójimo, el segundo es efecto
del primero y es semejante a él; porque, aunque el objeto es diferente, este
mandamiento considera el amor como primero. El amor requiere ser verdadero,
sincero, cordial, amable, bondadoso, humilde, sencillo, edificante, y mucho más.
En 1 Corintios 13 El Señor nos habla sobre la preeminencia del amor.
En el verso en el que
dice “como a ti mismo” supone que el hombre debe amarse a sí mismo para que
pueda amar a otros. Ciertamente, ninguna persona en su sano juicio quiere un
mal para sí mismo, nada que pueda dañarle o lastimarle de ninguna manera, sino lo
contrario, generar cosas buenas para sí. Desafortunadamente, está el caso
extremo del egocentrismo y orgullo, pero ese es otro tema.
Mostrando la obra de la
ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos.
Romanos 2:15
Cabe decir que, aunque
la mayoría de quienes ejercen el bullying probablemente no son creyentes, Dios
ha creado en cada persona una conciencia, la que permite que el individuo
difiera entre lo bueno y lo malo. Teniendo en cuenta que El Señor ha puesto en
sus corazones nociones correctas del conocimiento del bien y del mal; por lo que
serán juzgados según su obediencia.
¡Bella! No sé si eres
víctima del bullying o alguien cercano a ti, o quizás lo estés haciendo tú. Cualquiera
que sea la situación, todo tiene solución, pon tu confianza en El Señor y pide
sabiduría y discernimiento para que te indique qué hacer y cómo, verás cómo te
iluminará el camino.
Porque los ojos del
Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el
rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.
1 Pedro 3:12
Podemos reconocer el
Bullying cuando somos tratadas continuamente de una manera contraria a la que
dice Dios en Su Palabra.
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