El
acoso escolar (bullying en inglés) corresponde a un abuso de poder
sistematizado que se puede manifestar a través de distintos tipos de violencia,
que puede ser física, verbal, exclusión social, entre otras. Del mismo modo, el
ciberbullying presenta características de bullying tradicional, con la
diferencia de ser ejercido a través de un medio tecnológico.
No
sé si tú has sido víctima de este o talvez hayas sido la persona que lo
infligía. A lo largo de los años hemos visto esta actividad, incluso la Biblia
refiere algo al respecto.
Tal
vez vengan a tu mente historias como las de Abel vs Caín, Goliat vs David o los
líderes religiosos vs Jesús, por ejemplo. Pero voy a hablarte de José y sus
hermanos, relato que se encuentra a partir del capítulo 37 del libro de
Génesis; la historia familiar nos dice que este hombre; como hijo de su esposa
amada, era el preferido de Jacob, su padre. Sin embargo, ese amor especial
desataba una reacción en sus hermanos: “Y viendo sus hermanos que su padre lo
amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle
pacíficamente.”
Imagínate
esto: tienes 10 hermanos de padre, mayores que tú; te molestan constantemente y
no solamente en un típico molestar entre hermanos; te ignoran, piensan en cómo
deshacerse de ti, en cómo hacer para que dejes de ser la molestia que eres para
ellos y te hablan de mala manera todo el tiempo.
¿Qué
palabras podrían describir a los hermanos de José? Odiosos, malvados,
conspiradores o crueles tal vez… Analicemos ahora, ¿actuamos alguna vez de esta
manera? ¿Somos lo suficientemente valientes como para defender a los más
débiles? ¿Cómo reaccionamos cuando enfrentamos a personas así? ¿Podría ser de
ayuda la oración?
Muchas
veces los agresores buscan atención y por eso molestan a los demás, pero el simple
acto de no responder al acoso es una respuesta. Jesús no luchó físicamente
contra aquellos que fueron crueles con Él. Hoy estamos llamadas a perdonar a
aquellos que nos dañan, así como El Señor lo hizo (Colosenses 3:13).
“Y como queréis que hagan los hombres
con vosotros,
así también haced vosotros con ellos.”
Lucas 6:31
Si
eres tú quien está ocasionándolo; pide perdón primeramente a Dios, pídele
también que cambie tu vida, que transforme tu corazón de lastimar a sanar; es
necesario que pidas perdón a aquellos a los que has herido. Que tus acciones y
tus palabras sean sinceras.
“El que encubre sus pecados no
prosperará;
más el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.”
Proverbios 28:13
Recuerda
quién es el principal acosador: satanás, el padre de la mentira, el destruidor.
Él está constantemente molestándonos, diciéndonos que valemos muy poco,
mintiendo sobre nuestra vida. CRISTO por otro lado nos dice lo que valemos, lo
que Él tiene para nosotras. No olvidemos que somos Hijas amadas de Dios.
Satanás conoce tu nombre, pero te llama por tus pecados. Cristo conoce tus pecados, pero te llama por tu nombre.
“El ladrón no viene sino para hurtar y
matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia.”
Juan 10:10
Qué puedes hacer:
ü
No
dejes que las palabras de los demás definan lo que eres. Tú eres valiosa para
Dios, Él te ha hecho a Su imagen (Génesis 1:27).
ü
Habla
con alguien más, busca ayuda, permite que puedan apoyarte.
ü Si eres tú quien ofende, cambia rápidamente de rumbo. ¡Detente! Sé conocida por ser diferente; por ser amorosa en un mundo desecho y urgido de amor.
Hacer
frente a los acosadores, mantener la compostura frente a la agresión, encontrar
las palabras y acciones que nos permitan tener principios y ser cariñosos:
estos son nuestros objetivos cuando nos enfrentamos al acoso.
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