Mujeres necesarias y con gran valor para actuar



 “Entonces el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada”
(Génesis 2:18 NBLA)

Dios, desde el principio, tenía ya un propósito para nosotras las mujeres, por eso nos creó, porque vio que somos necesarias para ayudar a los demás. Él, en Su gran sabiduría, le hizo una mujer al hombre, no la hizo igual a él, tampoco inferior, ni superior. La hizo exactamente a la medida de lo que este necesitaba. Dios diseñó a cada mujer con un propósito especial.

Acompáñame para ver ejemplos y acciones de mujeres que nos demostraron ser necesarias y con un gran valor para actuar. 

Vemos el caso de la Madre de Jesús, al momento que el ángel le dijo: "bendita, tú eres entre todas las mujeres, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús”. Ella no lo creía, pero el ángel le explicó y su respuesta fue: “Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”. Lo que encontramos en María es discernimiento, ella supo distinguir los planes de Dios en el momento que el ángel se lo reveló, pues ella estaba entregada a Él, nosotras podemos aprender de esta preciosa mujer, de su confianza y discernimiento para comprender la voluntad de Dios.

En el caso de Ester, vemos a una joven que, a pesar de que era huérfana, por la voluntad de Dios llegó a ser una gran Reina. En el tiempo de su reinado se enteró de que había un edicto contra los judíos, que pondría fin a los días de este pueblo en esa tierra. Ester no estaba eximida de la muerte, porque si alguien llegaba al palacio sin ser llamado, moriría: Más ella no tuvo temor, en vez de eso, pidió a su tío Mardoqueo y al resto del pueblo que ayunaran por ella, de esta manera confió en Dios para abogar por la salvación de los suyos.

¿Cómo ayudó la actitud de Ester al propósito de Dios? Ester fue una mujer valiente que a pesar del miedo estuvo dispuesta a sacrificarse a sí misma con tal de salvar a su pueblo. Ella nos muestra con su actitud que, aunque nuestra propia vida tenga una amenaza de muerte, podemos ser valientes en cumplir el propósito de Dios para el bien de otros. 

Abigaíl enfrentó grandes desafíos, la madre de Moisés preservó la vida de su hijo a pesar de una amenaza. Ambas tienen en común la seguridad que tuvieron en Dios, aunque una tenía muchos recursos y la otra pocos, entregaron todo a Dios, confiaron en Él sin importar las situaciones porque entendieron que su situación personal no se comparaba con el poder que Dios tenía para obrar en ese momento.

En conclusión, vemos que las mujeres son necesarias, son una ayuda adecuada en momentos críticos de la vida, por eso necesitamos cultivar el discernimiento espiritual, conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas y actuar en consecuencia a ella. 

Si tú te encuentras en situaciones de amenaza, crisis o conflicto, recuerda el valor y la sabiduría de estas mujeres, esfuérzate por actuar de esa manera, a pesar del temor, enfrenta las cosas con altura y deja que Dios te guíe. Él actuará por ti, entrégate a Su voluntad y a Su poder totalmente. Aunque sea difícil, recuerda que no estás sola y, al momento de actuar, ten fe porque El Señor te dará las fuerzas.





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