Dos grupos

 


“Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre”

Lucas 17:26

Jesús usa dos ejemplos, Noé y Lot, para ilustrar el mismo punto: la necesidad de estar preparados para el día del juicio. Nos da dos advertencias gráficas del juicio venidero sobre toda la tierra en la Segunda Venida.

Cuando Su reino venga, no estará oculto. Más bien, será como un relámpago en el cielo, repentino y observable para todos. Pero en ese momento será demasiado tarde para cambiar de bando. Por lo tanto, el momento de entrar en el reino de Jesús es ahora, no después.

Tanto la gente del tiempo de Noé, como la gente de Sodoma en los días de Lot, eran notoriamente malvadas, pero Jesús no se enfoca solamente en su flagrante maldad. Muestra que simplemente continuaron con los asuntos normales de la vida, ajenos a Dios y al juicio venidero.

No hay nada de malo en comer y beber o en casarse (17:27), el problema era que la gente de la época de Noé vivía sin tener en cuenta a Dios ni las advertencias del diluvio inminente. Se rieron de él tildándolo de loco, pero dejaron de hacerlo cuando las aguas del diluvio comenzaron a subir y Noé estaba seguro junto a los suyos dentro del arca. Pero para entonces ya era demasiado tarde.

Lo mismo sucedía en los días de Lot, no hay nada de malo en comer, beber, comprar, vender, plantar y edificar (17:28). El problema era que vivían en total desprecio por Dios. Como se sabe, de acuerdo con lo que relata Génesis 19, la gente de Sodoma era extremadamente inmoral.

La advertencia es para las personas que simplemente continúan con su vida como si el juicio nunca llegará, aquellos que no tienen consideración por las cosas de Dios y la Eternidad. Pero un día, el Hijo del Hombre se revelará en poder y gloria y estas personas insensatas serán destruidas por el juicio de Dios.

Entonces Jesús declara el principio:

“Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.”

 Lucas 17:33. 

En otras palabras, estar tan apegados a las cosas de esta tierra que queremos aferrarnos a ellas más que a las que habrá en el Cielo, es poner en peligro la eternidad de nuestras almas. Pero dejar ir todas las cosas que el mundo valora y vivir a la luz de la venida de Jesús resultará en la salvación final.

Cuando Jesús regrese repentinamente, toda la humanidad se dividirá en dos grupos y, una vez que llegue el juicio, será definitivo. El primer grupo, los que han vivido para sí mismos sin tener en cuenta a Dios, sin someterse a Su reino, caerán bajo Su juicio. El segundo es el de aquellos que han sometido sus vidas al Rey Jesús antes de que Él venga, quienes se han dado voluntariamente por causa de Su reino, cuyo enfoque está en su Señor y Su pronta venida. Ellos escaparán de Su juicio.

El punto general que Jesús está expresando en los versículos 24-37 es que Su venida será repentina y, por lo tanto, debemos estar preparados con anticipación. Seguir con la vida ajena al reino presente de Dios y sin preocupación por Su reino futuro, es exponerse a un gran peligro. Cada persona debe someterse a Jesús como Rey ahora y vivir a la luz de Su pronta venida.

¿En qué grupo estás? ¿Serás de los que se gozan por Su venida o de los que sufrirán?



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