Entonces dije: «Debo estar enfermo.
¿Cómo puedo pensar que el favor del
Altísimo ha cambiado?».
Me acordaré de las obras del Señor;
sí, haré yo memoria de tus maravillas
antiguas.
Meditaré en todas tus obras y hablaré de tus
hechos.
Dios, santo es tu camino;
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Salmos 77:10-1 RV20
¿Cuántas veces no nos ha ocurrido que, estando en medio
de la adversidad, sentimos que Dios ya no está con nosotros? Que por algún
motivo desconocido se quedó en silencio y estamos solos.
“Dios no es hombre para que mienta, ni
hijo de hombre para que se arrepienta.
¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y
no cumple?”
Números 23:19 RV20
La esperanza que tenemos en Dios descansa en Su carácter
que es inmutable, prueba de ello tenemos a lo largo de toda la historia de
Israel, pero también a lo largo de cada una de nuestras historias personales.
Basta con mirar hacia atrás y ver Su mano obrando en nuestras vidas en medio de
la adversidad, durante las pruebas difíciles, la enfermedad e incluso la pérdida.
Dios siempre ha estado allí, Él es digno de confianza.
Es fácil entrar en negación y desánimo cuando estamos en
momentos de prueba, en tiempos así podemos buscar promesas de Dios que consuelen
el alma, que sean ancla en medio de la tormenta; meditar en la naturaleza de
Dios, Él es Santo, Bondadoso, Grande, Santo, Poderoso, Altísimo, Omnipotente,
Proveedor, Justo y Verdadero. Podríamos seguir describiendo Su carácter que es
maravilloso, conocerlo conforta nuestro ser.
“Esforzaos todos vosotros, los que
esperáis en el Señor,
y tome aliento vuestro corazón.”
Salmos 31:24 RV20
Antes de este hermoso versículo, el verso 23 del mismo Salmo
dice: “Amad al Señor, todos vosotros sus santos; el Señor protege a los que
le son fieles”. El Señor es quien te protege, el Altísimo y Omnipotente es
quien tiene Sus ojos sobre ti. Deposita tu esperanza en Él y verás la mano de
nuestro Dios sobre tu vida, actuando, dándote lo mejor que te tiene preparado.
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