Esperanza depositada en Dios

 


Entonces dije: «Debo estar enfermo.

¿Cómo puedo pensar que el favor del Altísimo ha cambiado?».

Me acordaré de las obras del Señor;

sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.

Meditaré en todas tus obras y hablaré de tus hechos.

Dios, santo es tu camino;

¿qué dios es grande como nuestro Dios?

Salmos 77:10-1 RV20

 

¿Cuántas veces no nos ha ocurrido que, estando en medio de la adversidad, sentimos que Dios ya no está con nosotros? Que por algún motivo desconocido se quedó en silencio y estamos solos.

 Todos alguna vez en nuestras vidas nos hemos sentido así y Asaf, el escritor del Salmo 77, llegó a pensar igual. Pero luego se cuestiona diciendo: “debo estar enfermo ¿Cómo se me pude ocurrir que Dios ha cambiado?” (parafraseado).

 Y así es, Dios no cambia (Malaquías 3:6a). Él sigue siendo el mismo desde la eternidad y lo seguirá siendo hasta la eternidad, podemos depositar nuestra confianza en Él porque es lo más seguro que podemos tener, Él es un alto refugio, nuestro lugar seguro (Salmos 91:1-2). Nada puede salir de Su control si depositamos nuestra confianza y esperanza en Él.

 

“Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.

¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y no cumple?”

Números 23:19 RV20

 

La esperanza que tenemos en Dios descansa en Su carácter que es inmutable, prueba de ello tenemos a lo largo de toda la historia de Israel, pero también a lo largo de cada una de nuestras historias personales. Basta con mirar hacia atrás y ver Su mano obrando en nuestras vidas en medio de la adversidad, durante las pruebas difíciles, la enfermedad e incluso la pérdida. Dios siempre ha estado allí, Él es digno de confianza.

 Cuando vengan a tu mente momentos de dudas, que las vamos a experimentar, haz memoria, recuerda las maravillas que Dios ha hecho en el pasado y conforta tu corazón. Recuerda que nuestro Dios es un Padre bondadoso, que no cambia y que da buenas cosas a Sus hijos, que para siempre es Su misericordia, Él tiene el control sobre toda Su creación y tú estás dentro de ella.

 Medita y profundiza en eventos pasados, en Su palabra que trae consuelo. Alza a Él oraciones porque atento está Su oído a ti.

Es fácil entrar en negación y desánimo cuando estamos en momentos de prueba, en tiempos así podemos buscar promesas de Dios que consuelen el alma, que sean ancla en medio de la tormenta; meditar en la naturaleza de Dios, Él es Santo, Bondadoso, Grande, Santo, Poderoso, Altísimo, Omnipotente, Proveedor, Justo y Verdadero. Podríamos seguir describiendo Su carácter que es maravilloso, conocerlo conforta nuestro ser.

 

“Esforzaos todos vosotros, los que esperáis en el Señor,

y tome aliento vuestro corazón.”

Salmos 31:24 RV20

 

Antes de este hermoso versículo, el verso 23 del mismo Salmo dice: “Amad al Señor, todos vosotros sus santos; el Señor protege a los que le son fieles”. El Señor es quien te protege, el Altísimo y Omnipotente es quien tiene Sus ojos sobre ti. Deposita tu esperanza en Él y verás la mano de nuestro Dios sobre tu vida, actuando, dándote lo mejor que te tiene preparado.

 Esperanza es lo que necesitamos y, nosotras las hijas de Dios, tenemos la verdadera esperanza, la que no tiene fin, la más segura. Descansa en el grandioso Dios que tienes como Padre y verás cómo obra en tu vida.





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