Filtrando nuestros pensamientos

 



Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.

Proverbios 4:23 RVR1960

 

Según algunos estudios, tenemos sesenta mil pensamientos al día… en su mayoría negativos, insistentes y conectados con el pasado. Muchas veces no somos conscientes de ellos, ni de lo que ellos provocan en nuestras acciones; aparecen de forma involuntaria. Su influencia en nuestro corazón, en nuestro sentir y en nuestro actuar es innegable; verdaderamente nuestros pensamientos determinan nuestra existencia.

 

Cuando conocemos datos como estos, podemos entender y valorar la necesidad de cuidar nuestra mente, de tomar consciencia acerca de cambiar aquellos pensamientos que puedan dañar nuestra alma. Es necesario saber, sobre todo, que esta es la voluntad del Padre que nos ama con amor eterno. Su Palabra nos llama a guardar sobre toda cosa, nuestro corazón.

 

Podemos hallar muchos consejos, oportunos algunos de ellos, para evitar las complicaciones que se generan en nuestras vidas cuando no guardamos nuestra alma. Pero, con toda seguridad, los mejores son los que recibimos de nuestro cuidadoso Dios;  el pasaje de Proverbios 4 nos invita a poner atención a Sus palabras, a prestar oído a Sus razones, a no perderlas de vista y guardarlas en lo profundo del corazón. Ellas son vida y medicina.

 

Es hermosa la Palabra, cuando nos habla de medicina, entendemos que también hay dolencias. Nuestra mente y nuestro corazón no quedan libres de ellas. Una buena manera de reconocer su estado es a través de nuestras palabras…  

 

…porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Lucas 6:45 RV1960

 

Cuántas veces encontramos a través de nuestro hablar que en nuestra alma habitan heridas y dolor, amargura y rencor; quizás provocados por palabras y actitudes recibidas de los demás; o por acciones nuestras que nos cargan con el peso y con la culpa del pecado y el error. Esto puede fácilmente lastimarnos y contaminarnos, sí que vale mucho la pena seguir el tierno y sabio consejo de guardar nuestro corazón.

 

No es un ejercicio sencillo sacar de nuestra mente aquello que duele, aquello que pesa, aquello que condena. Mientras más tratamos de obligarnos a no pensar, sucede lo contrario. Tampoco se trata de acomodarse a ello o evadirlo, se trata de sanarlo. La forma más efectiva de hacerlo es transformando lo negativo y doloroso en algo lleno de propósito, puesto en las manos de nuestro Señor. 

 

No se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente,

para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.

Romanos 12:2 NBLA

Nuestro corazón determina el rumbo de nuestras vidas. La forma más segura de guardarlo es sometiendo cada uno de nuestros pensamientos a la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios, filtrándolos así de la forma más confiable y estable.  

 

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro,

todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,

en esto pensad.

Filipenses 4:8





0 Comments