Imaginemos un viaje a
través de un terreno rústico, desafiante, empedrado, con un enemigo acechando
en cada esquina y como calzado llevamos puestos unos zapatos de tacón alto, un
calzado poco apropiado o simplemente estamos descalzos… ¿qué podría pasar? Con
ese tipo de calzado es improbable que podamos correr o tener estabilidad en la
lucha, así que con seguridad seremos derribados.
Así es nuestra vida
espiritual, un camino lleno de obstáculos y con un enemigo listo para atacar
nuestros pensamientos, emociones y creencias. En este escenario, necesitamos
algo más que valentía y determinación; necesitamos el calzado adecuado para
mantenernos firme en la fe y defendernos de los embates del adversario. Ese
calzado es el Evangelio de la Paz.
El apóstol Pablo compara
la vida cristiana con una guerra espiritual. En Efesios 6:15 nos insta a ponernos "los zapatos del evangelio
de la paz" como parte de la armadura completa de Dios. ¿Por qué se destaca
el evangelio de la paz como calzado en particular?
Consideremos a los
soldados romanos de la antigüedad. En su época, las sandalias eran un
componente esencial de su equipo. Estas sandalias, llamadas
"caligae", estaban diseñadas para brindarles estabilidad y agilidad
en el campo de batalla. Estaban tachonadas con clavos en la suela para
proporcionar tracción en terrenos diversos. Se ataban firmemente a los tobillos
para darles una base sólida en la lucha cuerpo a cuerpo y permitirles moverse
con facilidad.
De manera similar, la
verdad de Dios (el evangelio de la paz) es la que nos da estabilidad y firmeza
en medio de las adversidades. Así como las sandalias de los soldados romanos
les permitían moverse con agilidad en cualquier terreno, el evangelio de la paz
nos proporciona la movilidad espiritual que necesitamos para avanzar en nuestra
vida cristiana.
El evangelio de la paz se
basa en una verdad fundamental: la reconciliación con Dios a través de
Jesucristo. Romanos 5:6-13 nos dice
que éramos enemigos de Dios, pero a través de la muerte de Cristo, fuimos
justificados y reconciliados con Él. Esta verdad es el fundamento sobre el cual
debemos estar parados.
Cuando llevamos esta verdad como nuestro
calzado espiritual, cada paso que damos se vuelve más seguro y firme. Sabemos que estamos en
paz con Dios y esta confianza nos da la estabilidad que necesitamos, da quietud
a nuestra mente y corazón, llenándonos de Su paz al ser conscientes de que en
Sus manos estamos resguardados y que en Él tenemos la victoria garantizada.
La próxima vez que el
enemigo susurre sus mentiras, podemos confiar porque
tenemos el arma más poderosa en nuestra mente y corazón: las Buenas Nuevas de
Paz; en ellas tenemos la seguridad de quiénes somos en Cristo, cuál es
nuestra posición y lo que tenemos en Él.
Cuando consideres comprar un calzado, ten en cuenta que estos, más que
una moda o un elemento decorativo en nuestro outfit, son una herramienta de
defensa invaluable. No solo protegen nuestros pies de tropezar en terrenos
difíciles, sino que también nos estabilizan frente a las mentiras y los ataques
del enemigo espiritual.
En un mundo tan inestable
y confuso como el que vivimos, es esencial comprender y dar a conocer este
mecanismo de defensa espiritual. Debemos llevar al mundo las noticias de paz
que provienen del Evangelio, para que otros también tengan la oportunidad de
defenderse frente a los ataques del maligno que, en su malicia, solo intenta
dañarnos, destruirnos y apartarnos del propósito de Dios.
Valoremos y apliquemos diligentemente la Palabra de Dios en nuestras
vidas
como nuestro calzado espiritual.
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