Siendo reflejo del temor de Dios


 

“En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.” 

Daniel 1:20 RV60

 

Cuando leemos sobre la vida de Daniel, podemos identificar que una característica suya era el temor a Dios, no porque necesariamente él mencionara las palabras “yo tengo temor de Jehová”, sino porque su forma de vivir, su manera de actuar, de tomar decisiones y de hablar, reflejaban que era un hombre temeroso de Él.

 

En el versículo inicial vemos cómo incluso él era reconocido por el rey, siendo destacado por su sabiduría e inteligencia, estas características de Daniel también eran reflejo y fruto del temor de Dios.

 

El libro de Proverbios contiene enseñanzas sobre la sabiduría y justamente en él podemos identificar un versículo que habla del temor a Jehová:

 

 “El principio de la sabiduría es el temor a Jehová.”

Proverbios 1:7 RV60

 

Si Daniel era un hombre reconocido por estas características ante sus autoridades y aún ante personas que no creían en Dios, era porque su temor a Jehová lo llevaba a defender su posición en Él y a darle sobre todas las cosas el primer lugar.

 

El temor a Jehová nos lleva a darle honra en nuestras vidas, no solo declarando y confesando que creemos y somos hijos de Dios, sino que también conforme a nuestra manera de vivir, y como lo dice Su Palabra haciéndolo todo para Él (Colosenses 3:23).  


El temor a Jehová nos lleva a tomar decisiones de Su mano, de modo que buscamos que nuestras obras y acciones sean de Su agrado y sean conforme a Su voluntad. A partir de esto vivimos predicando de Dios y, como añadidura, somos conocidos como personas sabias e inteligentes.

 

Recordemos verdaderamente quién es Dios y por quién vivimos, de esa forma sabremos a quién acudir en momentos de dificultad, quién es el que nos provee lo que necesitamos en todo tiempo y también sabremos quién es el único que merece honra y gloria en nuestras vidas.

 

Haciendo esto, Él no solo se hará cargo de nuestros corazones, nuestras peticiones y necesidades, sino que nos dará aún más y, así como lo hizo con Daniel, Él permitirá que hallemos gracia y que seamos reconocidos como sabios delante de otros.

 

“Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos,

porque suyos son el poder y la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes;

da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido;

conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.” 

Daniel 2:20-21 RV60

 

Daniel en sus palabras refleja que él tenía en claro por quién y para quién vivía. Él defendió su posición en Dios y guardó su corazón para Él de modo que no se dejó contaminar por lo que había en este mundo.


Daniel vivió con temor de Aquel que creó y formó su corazón.




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