La clave de nuestra identidad

 



“Que en cuanto a la anterior manera de vivir, ustedes se despojen del viejo hombre que se corrompe según los deseos engañosos, y que sean renovados en el espíritu de su mente, y se vistan del nuevo hombre,en el cual,en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-24 (NBLA) 

Al leer y escudriñar las escrituras de Pablo, encuentro muchas claves del diseño, llamado y de la nueva identidad que llegamos a tener cuando nacemos de nuevo en Cristo Jesús. Desde el versículo uno Pablo nos llama a vivir de una manera “digna” de nuestra vocación, y juntamente con ello, Él da la clave para lograrlo y es “esforzándonos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de paz”.

Cuando nacemos de nuevo para Cristo y mediante Él, es imposible seguir viviendo de la misma forma, y un cambio que nos permite dignificar el llamado que Dios nos da es cuidar y mantener la unidad, porque el enemigo quiere destruir, robar, matar y dividir; nos corresponde guardar la unidad, reconocer y recordar que servimos a un solo Dios mediante una sola fe, y que por gracia conformamos un solo cuerpo que es EL CUERPO DE CRISTO.

Cuando decidimos corresponder al llamado de Dios somos invitados a no habitar en soledad nunca más, sino a ser parte de un mismo cuerpo que trabaja y funciona con un mismo propósito y para alcanzar la gloria de Dios. 

Probablemente cuando conocemos a Dios por primera vez, tenemos la idea de que para recibir Su llamado debemos renunciar a nuestra vida para ser Pastores/as; en lo personal, cuando yo era más joven pensaba de esta forma; sin embargo, Pablo en Efesios 4:11 dice que Dios ha hecho diferentes llamados y que capacita a cada uno según Su propósito. 

Podemos comprobarlo en el momento en el que Dios a través de Jesús escoge y llama como discípulos a pescadores, para que dentro de la obra se conviertan en Pescadores de Hombres (Mateo 4:18-19). Esto nos afirma que Dios puede utilizarnos para Su gloria sin importar a qué nos dediquemos. Y con ello quiero darte un ejemplo, tengo una amiga que inició un emprendimiento para vender ropa para chicas, ella es Cristina y decidió honrar a Dios mediante su emprendimiento, de modo que, cada vez que alguna chica hacía un pedido de ropa, ella enviaba un versículo que habla de que somos creadas a Su imagen, que somos hechura de Dios y que tenemos gran valor. Esta amiga logró bendecir a muchas mujeres mediante la venta de ropa y compartió la Palabra de Dios.

Si aceptas el llamado y te prestas para traer el Reino de Dios a la tierra, Él te usará para glorificar Su nombre en cualquier cosa que hagas, de modo que harás crecer el Reino y permitirás que otros conozcan Su Palabra a través de ti.

En la segunda parte de Efesios 4, Pablo habla de una nueva vida en Cristo, donde nos hace el llamado a predicar con nuestra manera de vivir y proyectar que Jesús transformó nuestro corazón. Somos llamados a reflejar lo que hemos recibido por gracia de parte de Dios. 

Me agrada la forma en la que Pablo en el versículo 24 dice “vístanse del nuevo hombre” porque, aunque no se refiere a una vestidura física, hoy en día podemos hacer la comparación metafórica, porque cada día al despertar debemos decidir qué ropa usar y no podemos ponernos una prenda de ropa limpia sobre una prenda sucia, primero debemos quitarnos lo sucio para después escoger qué usar, escoger cada día cómo deseamos ser vistas.

Cuando vives para Jesús, cada día tienes la oportunidad de despojarte de prendas del pasado para escoger nuevamente qué deseas vestir en tu interior y cada día el Espíritu Santo nos ofrece la oportunidad de vestirnos de Su amor, perdón, gracia, sabiduría, verdad y mucho más. De modo que nuestra vestidura interna refleje el carácter de Cristo.






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